7.3.04

Cuando la luna despertó

Cuando la luna despertó, aún estabas dormida.

Cuando el corazón giraba y estabas cerca de mí, la sangre se secaba y la tierra me absorbía. Las esferas de marfil se colapsaban y caían en pedazos, aplastando todo debajo de ellas; los árboles estaban simplemente en llamas, solo que no podían convertirse en ceniza, esa era la materia imposible, condenados al sufrimiento eterno en el calor.
La calma no llegaba, estabamos todos a la espectativa, mirando de cuando en cuando para ver si terminaba todo, si la muerte venía por todos, si nada sucedía o solo era otra vez la furia natural liberándose de mil maneras.
Nada mejoraba, el rojo intenso estaba aquí, las cosas volaban hacia todas las direcciones, el frío arreciaba, la soledad crecía y me sentí abandonado.

Llegaste, y me diste calor, mi frío se alejó, la soledad desapareció. La furia se calmó al sonido de tu dulce voz diciendo: "Buenos días AMOR".

Uno nunca sabe...