13.3.04

Travesía...

La mirada fija en el camino, los campos pasando cada vez más veloces. ¿Realmente nos movemos nosotros o es la Tierra quien se mueve?
Esta tarde ha sido hermosa, la lluvia me regaló su frialdad a través del cristal del transporte, un bello contraste acerca de la tarde calurosa, insoportable.
La ruta interminable al frente, no sé que hora será cuando llegue, extraño a esas dos personas que HACEN mi vida, no dejo de pensarlas, no están conmigo en ese momento; sin embargo envío algunas misivas cortas, que espero lleguen a su destino mientras seguimos el camino.
Es así la estampa que me contenía, este día, después justo del un triunfo más de MI PERSONITA, esos pasos, ese temblequeo, que sin embargo no lo detienen y, junto con el apoyo, logra atravesar la sala y llegar al comedor. Gracias, gracias por dejarme ver eso, gracias por dejarme participar y llenarme de alegría otra vez.
Siempre las cosas surgen cuando menos las esperas, pueden ser excelentes, como este caso; o nefastas, como que brinques y esquives por centímetros un automóvil que parece destinado a quitarte el derecho de destruir tu vida. Cosas raras, sueceden a todas horas, en este momento estás platicando con un amigo y en la siguiente hora lo lloras, mañana vas de paseo con tu familia, pasado al velorio de tu tía que nunca veías pero simpre jurabas que lo harías, ni modo, el tiempo no perdona.
Se trata de pensar un poco, saber más o menos que uno no es indestructible, es feo pero a la vez reconforta, porque después de todo: ¿QUÉ SERÍA DE ESTA VIDA SI NO PUDIERAS ENTRAR A OTRA?

Uno nunca sabe...