6.8.06

SAMana Santa.

Hecho increíble: por fin vi I Am Sam de principio a fin. Y entendí muchas cosas de mi vida, como el porqué mi madre siempre me fastidiaba al decir que mi canción era "beautiful boy", comprendí también el porqué de mis dramas cada vez que se acercaba el día del padre: no tenía uno a quien festejarle. Sobre todo, logré entender que ahora quiero un hijo, pero que no lo puedo tener porque aún no estoy preparado económicamente para tenerlo...

Hacía casi un mes que no escribía nada aquí, y la película me dio la inspiración que necesitaba, puesto que lloré demasiadas veces a lo largo del tiempo que dura. Tengo que ofrecer una disculpa a todos los que de una u otra forma se atraviesan con este espacio. Violeta: si te llega la notificación de que hay una nueva entrada en el blog y ya no quieres seguir recibiéndola, mándame un e mail o msg para que te quite de la lista. La disculpa que quiero pedir se trata de la manera en que escribo, nunca he pretendido sonar poético, mucho menos sonar erudito, simplemente quiero platicar un poco sobre las cosas que pasan por mi cerebro en estos días, profundizar algo más en cuestiones que conciernen a lo que hago cada día pero no puedo platicar. La disculpa la ofrezco por la manera en que escribo estas últimas líneas, casi como si estuviera redactando algo para el trabajo.

Y hoy entendí por qué es que casi no veo películas que sean muy sentimentales: soy un llorón de primera. Aparte comprendí que el hecho de ser alguien valemadrista se debe a mi falta de figura paterna, pero no es una excusa, ni justificación, pero sí una pequeña explicación que me sirve para ofrecer una cláusula extensiva a la disculpa de hace un rato: Ofrezco una disculpa a todos aquellos que he dañado con mi valemadrismo, y mucho más extensiva a las personas que quise, quiero y me quisieron, además de a quien soñaba (LGM) hacer una vida conmigo y nunca me dí cuenta.

Y ahora juro por encima de mi vida que, cuando tenga un hijo, jamás lo voy a abandonar ni voy a dejar de amarlo, de verdad que es algo que voy a hacer. Ya no quiero falsos sueños y no quiero falsas esperanzas de cualquier cosa, me dí cuenta con esto que tengo sentimientos y que también sé llorar. Por esta ocasión, y en adelante, ya es momento de pensar en que no soy alguien que no vale la pena y más aún, es hora de pensar en que si quiero estar con alguien, debe ser alguien que me valore exactamente por lo que soy y siento, no por lo que tenga...

Uno nunca sabe...