7.2.06

Y nadie estará aquí.

Caminaré cerca de tu espacio, y no lo notarás. El cielo vendrá sobre mí y yo no lo veré. Este mundo se va a colapsar y los amigos que se juraron lealtad se dispararán entre ellos; las cosas que pudieron estar mil veces juntas no lo estarán más. La urgencia de escapar ha llegado ahora sí. Y yo seguiré adorando tu aroma, figura y pensamiento.

Y el sol quemará mis ojos abiertos, los desecará y pudrirá, pero será él y no yo quien los cerró para siempre, yo los quise mantener abiertos para poder mirarte de frente cuando vinieras por mí, y quise esperar y esperar. Pero no llegaste.

Las estrellas llegaron hasta mi cabeza y mis manos se volvieron de cartón, se mojaron y se secaron entre una y tres mil veces. Mis piernas perdieron el vigor que les hacía levantarse diario y salir, correr pedalear, en fin. Todas las diminutas partes que pudieron hacerme alguna vez terminaron evaporadas y viajando hacia algo que nadie ha podido relatar con exactitud. Y me da miedo el rugido del aire, pero... me da más miedo pensar que ya no estoy junto a ti.

Y posiblemente llegarás hasta donde estuve, probablemente me mentirás y dirás que hiciste lo posible por estar aquí, y fingiré sonreír y te harás conforme. Y yo desearé estar contigo una vez más, y te miraré tan lejana y perdida como siempre; y sentirás lástima por mí, y sentiré lástima por mí. Finalmente, no puedo cambiar y olvidar todo lo que alguna vez dio sentido a lo que hacía.

Uno nunca sabe...