24.8.05

Vete.

Vida que recibí de manos de un desconocido, después que nunca la solicité. Cuando menos era creíble estar de pie enmedio de la gente, inmóvil e impávido, y cerrar los ojos para imaginarme cerca de ti; al menos eso era...

Tortura de despertar cada día y mirarme de nuevo, señalarme al ver mi figura descarnada en el espejo. ¡Déjame en paz de una vez! Permíteme meterme en mi propio sueño y embarcar hacia lo nunca visto, pero siempre añorado por mí; esta vez solamente quiero obtener esa salida, esa última vista de lo que estoy acostumbrado para después admirar lo maravilloso de lo desconocido.

Vida asfixiante, vida no deseada, vida pestilente y ajena a mis deseos. Ayer no la pedí y mañana no la querré, el día presente me quejo y la maldigo por millonésima vez. Y desgraciadamente, mañana volveré a amanecer...

Uno nunca sabe...