18.3.04

Hebra

Un delgado hilo rojo, un poco de aliento y pena profunda. Preguntas que no tendrán respuesta, miradas que no habrán de ser correspondidas; todas las cosas que intento para hacerte feliz. Nada de eso sirve.
Algunas palabras que me dices y no las puedo contestar, mis lágrimas asoman, pero no puedo llorar; no sé que sucede. Las explicaciones no son suficientes, nada te hace feliz.

Cada día es un esfuerzo, salir y mirar a los demás a los ojos, no echarte para atrás, lamentablemente es inútil si tú no estás.

Sobre todas las cosas hay tristeza, tristeza profunda en este momento, pequeñas perlas tratan de escapar sin conseguirlo, la brillantez es cegadora. La mañana no llegará, estoy plenamente consciente de ello.

Ahora callo, debería estar contento por el evento de mañana, ni siquiera sé si entraré, no quiero hacer más contagios, la depresión no ha muerto.


Uno nunca sabe...