28.8.09

Es sólo un beso...

Y con eso soltaste magia... Reviviste los miles de nervios que habían muerto hace tiempo ya, marchitos y necesitados de un poco de eso que tienes contigo, para mí. En mis brazos, entre los tuyos, bajo la sombra y bajo la tierra, más aún junto a una mole amenazadora de cemento y hormigón. En el lugar que fuera, tras recibir malas noticias, túlas convertiste en buenas...

Sabes lo que provocas? Puedo firmar con sangre que lo sabes y que lo disfrutas. Solamente no me lastimes, ahora yo soy el delicado, el necesitado y temeroso. El ruido que hago cuando me siento tras las maderas y metales es una cortina de humo, en realidad soy mucho más que eso, y quisiera que lo quieras descubrir. Ojalá que así sea.

Eres un infarto andante, vienes y me descobijas, me desnudas y me haces hablar todo lo que tengo pensado solamente para mí. Me haces cavilar y desvelarme saltando por el gusto que me provocas de saberte tan cerca, tan conmigo... Tan auténtica...

Ya lo mencionaste, eres adictiva. No lo creí, pero ahora pienso que te necesito más que nunca cerca de mí, para iluminar mis tardes y aclarar mis noches, aquí estoy de nuevo con el corazón sano y recuperado por el tiempo, no quiero que vengas a hacerme olvidar, quiero que vengas a hacerme escribir toda una historia nueva, una historia en la que solamente seamos tú y yo los protagonistas, el mundo se inclina de nuevo ante esto que comienza, y el horizonte se ve plano, a la mano, fácil de conquistar. Recuperaste mi sonrisa al mostrarme la que tienes tú entre esas mejillas divinas. Sonreí, y tú me sonreíste de vuelta...

Uno nunca sabe...