27.4.04

Piedras

Delirando entre los granizos que caen desde lo alto me encontraba, pensando en si serían normales o estarían tratando de indicarme qué es lo que sucede aquí. El mismo sentimiento parecía estar desbordado, incontrolable y anegando todo lo que se encontraba en el camino. No había verdad más absoluta.

Unos pasos hacia atrás, suficientes para (mesuradamente) imaginar cada detalle del salto sin dejar de lado las consecuencias, pensando detenidamente en los colores y matices que habré de ver en pleno vuelo. Preparando solemnemente el lance.

Somnoliento, pero aún con la suficiente vivacidad para lograr el propósito efímero que busco. Sin más viene ese pequeño instante en que el tiempo se detiene y los corazones tiemblan y se estremecen al querer salirse del pecho; justamente el instante antes de que las cosas alteren su curso. El vuelo ha comenzado.

Ahora ya lo veo claro, cada seña, cada color. Mentiras y agresiones son mínimas y habrán quedado en el pasado, lo nuevo será siempre con la cabeza en alto, siempre con la mirada hacia lo mejor. Rodando siempre sobre el mar.

Cada mañana será diferente, con sonidos distintos a los de ayer, golpes en otro tiempo y escalas más altas, difíciles, pero no imposibles de alcanzar. Sin concesiones de cualquier tipo, de frente y con la sangre hirviendo con alegría. Tratando siempre de alcanzar lo menos fácil.


Uno nunca sabe...