26.3.04

Paso

Una pequeña caminata a orillas de esa masa de cristal inmensa, pies descalzos y sudor en las manos. Gotas de la brisa cortante en mi mente, formando algunos copos y cristales mínimos, pureza condensada en el dorso de mi mano; liberando un hilo de blanquecina corriente.
Un segundo de paz, rojiza. Suspensión temporal justo a tiempo para contemplarme, quieto, ni un gesto de dolor ni arrepentimiento. Ahora todo se mueve nuevamente, un cuerpo más sobre la nieve... la tiño de grana ahora.

El brillo es cegador, la cristalinidad es seña de buen día, el sueño lejano terminó y procede la realidad que es menos cruda, un sabor un poco ácido en los labios, como metal oxidado, un frío gusto a hoja agudamente afilada, residuos de líquido cálido. Voces llamando en el exterior, intento un solo movimiento sin conseguirlo... Se ha hecho tarde de repente, sólo se escuchan paladas, sollozos y niños preguntando... Impacientemente.

Uno nunca sabe...