2.6.04

1, 2, 3, 4

Avanza lentamente contra la pared y nunca te recargues en ella, nada es lo que parece. Mañana se supone que sería otro día, que no extrañaría a mis amigos, que no sentiría el dolor de la partida, que dejaría de soñar despierto; no es así. Hoy amaneció y extrañé más que nunca a todo el mundo, repentinamente sentí la necesidad de ver a mis hermanos, sentí la hiriente entrada de los rayos del sol a mis pupilas al abandonar los plácidos brazos del sueño, de alguna manera me ví quemando la ciudad.
Hice como que me iba, como que me regresaba y nada surtió efecto. Déjame seguir soñando despierto, déjame estar aquí un rato y mirarte, dime que las cosas son fáciles por el puro placer de hacerlo, no me niegues el mañana.
Olía la tierra mojada, pisaba la grava suave y disfrutaba los sonidos, cuando me caí. Intensidad blanca y movimiento contínuo eran cosas diarias, ahora sólo queda la distorsión benigna de la pintura derramada en un trozo informe de madera.
Nada dura para siempre, ¿Eso es algo que te sorprende? Las cosas pueden ser eternas, siempre y cuando sean verdaderas. Antes de que comenzara, me hice la pregunta diaria: ¿Qué hago aún aquí? Las lágrimas se me salieron y preferí seguir durmiendo.

Uno nunca sabe...