6.6.04

Hoy

Hoy me levanté, lavé mi cara, me vestí y salí a la calle, caminaba en dirección hacia la avenida principal, cuando me encontré de frente contigo, platicamos largo rato (no quisiera citar todo, porque hablamos de tantas cosas que me sería imposible hacerlo), entre holas y adioses, además de preguntas y respuestas vagas, transcurrió un muy buen tiempo. Cuando me di cuenta, era hora de regresar a casa, hacer las tareas y conseguir algo de comer, pero al intentar despedirme, no lo pude hacer, ni podía moverme, además hacía rato que no notaba que mi respiración había cesado; no hallaba la razón de esto, pero volví a probar suerte.
Aparecía como pegado al suelo, sin oportunidad de huir, sin un solo momento en que pudiera alejarme. Estaba allí, quieto, con el pánico haciendo latir mi corazón tan fuerte que esperaba que en cualquier momento saltara de mi boca o rompiera una costilla y cayera en el concreto. Un grito ahogado salió de mi garganta; ahí fue cuando desperté.
La violencia del despertar me hizo saltar de mi cama, pero unas tiras me mantuvieron pegado a ella. Mi cuarto esta mañana está muy raro, hay demasiado blanco y las paredes son de colchón, la puerta no está donde siempre y además, por la rendija se asoma un raro señor... Desperté esta mañana, pero no daba con mi posición.

Uno nunca sabe...