23.6.04

Insistencia y piel

Nacía la noche y me dijiste adiós, la flecha estaba lanzada al aire y a punto de caer. Quería desaparecer y unirme a la gran marcha en la oscuridad que se dirige hacia el lugar de perdón o perdición, quería unirme a la lluvia y escurrir hasta donde nadie pudiera ver y elevarme hacia el fin.

Blanca nube de vapor denso y colores deslumbrantes me envuelve. No sé si podría decir que esto es el cielo o el infierno, ¿Cómo explicar que el cielo es contigo y el infierno es cuando no estás aquí? Nada seguía en pie después de que explotaste y me dijiste adiós.

Tarde ya, tal vez demasiado, no sé que sucederá mañana; no sé si quiero saber qué sucederá. Las cosas no han sido las mismas y yo tampoco lo he sido. Tal vez mañana sabré.

Pronto la duda se disipó y solamente se apareció una negra tela y lo peor fue que no hubo ni duda ni certeza, solamente el deseo de seguir adelante, sabiendo que había un precipicio al frente de mi.

Uno nunca sabe...