9.8.04

Cruzando.

Con la humedad relativa de un hogar destrozado, la acuosidad semi pastosa del letargo vetusto y alguien tratando de hilar palabras grandilocuentes, excitantes en su forma e interminables en número... Sin conseguirlo.

Quisiera salir, pero no solamente estar afuera, sino ir más allá, llegar hasta donde nunca nadie haya llegado, alcanzar un verdadero sitio único, simplemente estar afuera solo.

Un abandono de espíritu me ha dado un lugar en la conciencia del hoy, del mañana, pero aún no del ayer; ¿De qué manera podría recapacitar lo mejor para mí hacia el frente cuando no puedo siquiera mirar detrás? ¿Cómo sentir el frío y quemante aliento de la muerte resoplando sobre mis hombros en este momento en el que no soy capaz de darme cuenta que el pasado ya terminó? Preguntas otra vez sin responder, preguntas que no debieran ser preguntadas, solamente por no irritar y acelerar el pensamiento pesimista de nuestra hora, a toda costa evitar el pánico que produce saberte descompuesto a cada minuto, saberte absorbido por el tiempo ahora mismo. No estar cuando sabes que aquí te encuentras.

Deseperación debería enmarcar este triste final, dando por hecho que aquí termina todo y no sigue cosa alguna, desesperación debería tomar todo y no dejar nada escapar, ni la luz de gris atardecer lluvioso, ni un amanecer nublado pero con las risas de los niños al ir hacia la escuela, nada fuera, todo devorado, destrozado por las inmensas mandíbulas de la desesperación. Pero no es así.

La gota de lluvia pendiente del primer pétalo de las margaritas del jardín, los charcos de agua agitados por los pies al pisarlos, las aves estridentes recordándonos su presencia, el ladrido de los perros dentro de las últimas casas de la calle y el crujir matutino de las hojas secas que han quedado reblandecidas por el agua, aunque no tanto para no hacer su alegre ruido. Sumando cada cosa su virtud, me hace sentir vivo otra vez, me hace pensar en lo que sigue, lo que viene delante, me hace pensar que hay futuro, quiero correr y a la vez que grito de felicidad apareces aquí, dando ese brillo especial a cada día, sabes que sin tí no habría brillo en absoluto. Cada cosa me ayuda a estar en paz aquí y ahora, todo es armonía y luz... Al menos hasta que regrese la medianoche y el tormento del pasado comience de nuevo...

Uno nunca sabe...