7.7.08

Sin tiempo...

No puedes resolver ni siquiera las cosas que duelen a los demás porque estás tan absorto en tu propia vida y mascarada de felicidad. Crees por momentos que vas a estar bien y que lo que tienes ahora es justamente lo que necesitas, pero ahora está completo, pronto me necesitarás y crearás una nueva mentira para atraerme de nuevo lo más erca de ti. Las divisiones que están hechas en casa son como el caldo primitivo perfecto para terminar una existencia que nunca ha encontrado un lugar verdadero más que detrás de los objetos que sirven para el ruido y el latido que te mueve sí o sí. Esta existencia sería cortada sin más, aunque un sinfín de veces vale mucho la pena saber que hay alguien que sí piensa sinceamente en ti y que se acuerda y que tiene una palabra genuina para darte aliento y reconfortarte. Ahora mismo todo está gris y el líquido escurre por las azoteas y jardines. La vida detrás de las paredes es monótona y oscura. La felicidad está afuera y quizás espera más de lo que por ahora pienso. La felicidad se trata de más que palabras y buenos deseos; la felicidad va más allá de dejar de sentir el pinchazo en los tímpanos cuando yo creo que hablan mal de mí. La felicidad no tiene tiempo de salir a flote ahora mismo, sino que aguarda escondida por allí, en la forma de alguien especial que llegará a sanar mis heridas, pero... crees necesitarme alguna vez?? Yo nunca te necesité... hasta que te conocí... Y ahora necesito que te vayas para que me dejes ser feliz con quien tenga que ser feliz.

Y los truenos que acompañan al líquido de la azotea se detienen por solamente un instante para dejarme ver su fulgor y majestuosidad, muchas veces pienso que mi felicidad contigo fue así, algo brillante que no deja que lo mires mucho tiempo y que sabes que es demasiado peligroso. Ahora mi teléfono está en paz, al igual que mi corazón... No tienes tiempo para resolver nada de esto; prometiste llamarme cuando lo tuvieras, pero cuando vengas, mi tiempo habrá dejado de ser tuyo...

Uno nunca sabe...