20.4.06

Una vez más!

Ahorita que estaba escuchando "The skin of my Yellow Country Teeth", corro a mi batería y hago el ritmo. Creo que sí puedo. Y raro, me vuelvo loco con los chamacos cerca, mi hermano y mi primo, con su otro primo, están detrás mío, en la sala, corriendo y saltando y jugando con los monitos, ya me tienen "encalavernado", diría mi abuela.

Cuando cae la lluvia, me gusta como suena en los tabiquillos que están ajuera de la casa, pero me quedo pensando en cómo estará la escuela y si voy a poder ir el lunes. No sé que va a suceder mañana, será un día decisivo para el futuro de mi vida. Espero que las cosas salgan bien.

Me he estado conectando muy seguido, siempre encuentro a alguien con quien platicar, pero siempre evito hablar de mí mismo, para eso existe este espaciecillo, aunque poca gente lo vea (gracias Lalita, es satisfactorio saber que te preocupas por mí, y que bueno que no te sucedió nada grave). Quiero aprender a tocar un poco de piano y guitarra y bajo, pero no tengo mucho tiempo libre. A ver si le digo al zoquete del Aleph que me enseñe a ejercitar (las arañas me cansan mucho, y creo que ni aprendo nada). Si mañana las cosas no salen como deberían, me voy a meter de lleno a tocar.

Jaja, y escucho justo cuando mi mamá ve "la Oreja" (no creo que deba escribirlo con mayúscula, pero pues ya lo hice), y pues ya creo que tengo que apagar esto. Y como dice la muy buena composición de los Strokes, tengo Fear of Sleep, pero hay que hacerlo y ni modo. Y las catarritas voces están a mis espaldas, todavía jejeje.

Hoy me siento feliz, y no sé por qué. Y me da miedo...

Uno nunca sabe...

9.4.06

Retorno.

La espera fue larga porque no sabía cómo estar de nuevo aquí sin sentir pena por mí mismo. Y aquí estoy, de cualquier forma con pena, pero escribiendo. No tengo mucho tiempo en estos días. No tengo mucho de que hablar, casi todas las personas que contaba como importantes para mí se han ido. Quedan pocos, que serán los pocos que creo que de verdad me aprecian.

Si es que les interesara, escucho en este momento la manera en que late mi corazón, poquito a poco, casi al borde de detenerse. Sé que no lo hará. Y eso me mata de coraje. Y debo despedirme, no quiero escribir más por hoy. Sé que lo debo a todos los que en un momento leyeron esto, sé que me lo debo a mí mismo, pero ya no puedo, neta que ya no puedo más. Ya estoy a punto de botar el teclado y el monitor. Quiero tantas cosas, pero lo que quiero no está aquí, y cuando no quiero que esté aquí, se aparece. Quisiera que mi vida tuviera un control remoto, y que solamente le cambiara al canal cuando me aburriera, o que le quitara el volumen cuando lo que dicen me fastidia. Ya no quiero a mi familia, mucho menos al señor que me llegó a negar la felicidad. Ya no quiero nada. Ya no, ya no.

Y no es que me esté volviendo loco, de verdad que no me estoy volviendo loco, lo sabría de inmediato, y puedo decir contundentemente que, señoras y señores, no estoy loco.

Uno nunca sabe...