7.4.09

Dejarte ir.

Duele, y es de verdad, porque ya no siento más esa vibración en tu voz cuando decías mi nombre... Ya no siento esa cosquilla tremenda que me mareaba cuando te veía por la ciudad, en tu nube de belleza que siempre marcaste. Y no hay ya analgésico que me alivie de ti, pero tampoco puedo seguirte alucinando en cada pared que me da cobijo; no es por que no quiera, es porque de verdad ya no puedo. Me estás matando y es en serio. Tu indiferencia me conmovía al principio, me preocupaba poco después... pero al final me provocó la misma indiferencia que sentiste tu. Por eso es que ya no quiero más....

No es el saber que hay algo ya, no e ni siquiera el saber que no hace ninguna diferencia el que hayamos estado juntos, es el impacto de no verme vulnerable ante ti. Son las ganas de enamorarme, son las ganas de despertarme a la media noche sonriendo por nada y pensando en alguien, alguien que quiera ser especial para mi. Es increíble poder sonreírle a personas que jamás en la vida veré y que jamás en la vida me verán, pero es simplemente increíble que sea prácticamente insensible al hecho de pensar en que debería regalarte una sonrisa por los viejos tiempos y simplemente decidir que no quiero hacerlo.

Quisiera pensar que lo que no te mata te hace más fuerte, así se basa la teoría de una vacuna no? Pues ahora no sé si estoy vacunado contra ti o es solo el hecho de imaginrte distante el que me hizo sentirme un poco más fuerte que antes. Sí.
O no? Es algo que ya ni siquiera quiero saber. Porque no quiero indagar múcho más dentro de mi, entonces creo que será mejor dejarlo así y nunca más volver a pensar que hubieramos sido la pareja más feliz de la vida. Ahora no seremos nada más, solo dos personas que alguna vez se conocieron y que ahora no pasa de ahí. Porque eso es lo que he decidido ser.

Uno nunca sabe...

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