27.4.04

Piedras

Delirando entre los granizos que caen desde lo alto me encontraba, pensando en si serían normales o estarían tratando de indicarme qué es lo que sucede aquí. El mismo sentimiento parecía estar desbordado, incontrolable y anegando todo lo que se encontraba en el camino. No había verdad más absoluta.

Unos pasos hacia atrás, suficientes para (mesuradamente) imaginar cada detalle del salto sin dejar de lado las consecuencias, pensando detenidamente en los colores y matices que habré de ver en pleno vuelo. Preparando solemnemente el lance.

Somnoliento, pero aún con la suficiente vivacidad para lograr el propósito efímero que busco. Sin más viene ese pequeño instante en que el tiempo se detiene y los corazones tiemblan y se estremecen al querer salirse del pecho; justamente el instante antes de que las cosas alteren su curso. El vuelo ha comenzado.

Ahora ya lo veo claro, cada seña, cada color. Mentiras y agresiones son mínimas y habrán quedado en el pasado, lo nuevo será siempre con la cabeza en alto, siempre con la mirada hacia lo mejor. Rodando siempre sobre el mar.

Cada mañana será diferente, con sonidos distintos a los de ayer, golpes en otro tiempo y escalas más altas, difíciles, pero no imposibles de alcanzar. Sin concesiones de cualquier tipo, de frente y con la sangre hirviendo con alegría. Tratando siempre de alcanzar lo menos fácil.


Uno nunca sabe...

20.4.04

Palabras (De Lizbeth)

Un ansia de gritarte me recorre, el pulso de mis venas se apresura a cada minuto porque estoy pensando en ti; al mismo tiempo mi cerebro hila grandilocuentes frases con las que pudiera enunciar tu belleza y la importancia que tienes para mí, podría presentarme en cualquier acantilado y arrojarme al vacío gritando tu nombre a todo pulmón, durante el tiempo que tardara en caer, que sin duda sería una eternidad sabiendo que me amas y de verdad estás conmigo.

Me encuentro adormecido y verifico que aún en ese estado no dejo de imaginarte conmigo, siempre estás dentro de mi. Quisiera estrujarte contra mi pecho (tu pecho), tomar ligeramente tus manos (mis manos) y susurrar suavemente con mi boca (tu boca) en tus oídos (mis oídos): TE AMO LIZBETH.

Tu me lo dices con una canción, yo sólo puedo escribirte unas líneas como estas; pero sé que no puedo pensar en tí tanto como tu lo haces en mí, quisiera solamente saber en qué momento piensas en mí, para saber cuando sentirme aún más feliz de lo que soy (si es que se puede ser más feliz de lo que tu me haces).

A cada momento me matan las ganas de gritar rabiosamente que TE AMO, rayar en cada pared del mundo todo lo que siento por tí, todas las cosas maravillosas que me haces sentir, cada detalle que tienes conmigo, todo lo que me has enseñado y lo que me falta por aprender.

En este momento no fluyen las frases correctas de todo lo que quiero decirte, pero espero que sepas lo mucho que TE AMO, lo mucho que TE NECESITO y sobre todo LO MUCHO QUE ANHELO ESTAR CONTIGO POR SIEMPRE. Sabes que esto que estoy escribiendo es verdad, sé que lo sabes. TE AMO LIZBETH GÓMEZ MANCILLA.

TE AMO DE VERDAD.

Uno nunca sabe...

15.4.04

Escrito

Hoy mi pensamiento estuvo dirigido hacia ti (como siempre), por alguna extraña razón no podía dejar de pensarte (por supuesto no es que quisiera de algún modo dejar de pensarte), especialmente hoy estuviste conmigo en mi cabeza durante todo el día.
Por la tarde me concentré en no pensarte, pero no pude, falló esa estrategia de no ejarte entrar a mi cabeza, porque mientras más te ignoraba, más estabas dentro de mí; es como si te esforzaras en hacerme sentir que estás ahí cada momento, cada minuto y hora del día.
Un poco después me hallaba tendido en la cama con las personas que amo, y aún allí o logré olvidarte, me persigues con cada paso ¿porqué? ¿porqué me sigues tanto y siempre? Tal vez alguna vez halle la respuesta, pero no será esta noche, mucho menos aún sentado aquí escribiendo.
Si supiera qué es lo que causa que estés en mi vida siempre, no estoy del todo seguro que evitaría hacer lo que te provoca, me gusta sentirte fría a mi alrededor, que estés conmigo aún cuando no hay nadie cerca y así me hagas sentir acompañado; no estaría seguro si removerte o hacerte venir más a menudo, quedaría totalmente a la deriva sin tí, pero encontraría algo que hacer con ese tiempo en que estamos jugando, tú yendo muy adentro en mi mente, y yo dejandote entrar y aprovechandote dentro para escribir...
Dirá todo mundo lo que quiera, pero eres, has sido y serás mi compañera más fiel: TRISTEZA, hoy quiero decirte gracias por estar aquí.

Uno nunca sabe...

12.4.04

Agudeza de una semana.

Los momentos precisos en que tus decisiones son de lo menos acertadas llegan a ser los más, cuando debes hacer elecciones que afectarán en gran medida lo que suceda contigo y los que te rodean. Esos momentos son cuando te aferras a una pequeña parte de lo que crees (o quieres creer) que puede ayudarte. Una fracción de segundo donde crees que tienes todo bajo control.
Esa sensación de acidez que te invade cuando te das cuenta que haciendo lo mismo durante un día y otro, sentir claramente como se va minando tu mandíbula bajo el efecto de la contracción involuntaria de cada músculo, logrando la molestia general de la cara.
Todo esto sumado a la sequedad bucal, exactamente la misma que sientes cuando te atraparon haciendo trampa en el examen final, o cuando te das cuenta que te falta una pieza importantísima en el trabajo que estás a punto de entregar.

Admirablemente todo esto sucedió durante la semana, un día tras otro, tan sólo para demostrar que a pesar de que presentes los síntomas de una enfermedad puedes librarte de ella...

Indecisión, aún está presente, con los recuerdos que no duelen pero dejan ver el brillo especial que traen de regreso; ya se dijo: La vida está hecha de recuerdos. Nada va a cambiar así de sencillo.

Porque a cada paso seguía la lucha, incansable; terminando con todo lo que había a su paso, tratando de exterminar lo que no servía, eliminando todo sin dejar huellas ni rastros de lo que alguna vez hubo allí. La vista prometía ser desoladora hasta llegar al punto de lastimar la mirada; algo que quedó corto como adjetivo, lastimar sólo era una mínima palabra para el efecto que produjo en este cerebro.

Esperaremos la mañana, con un poco de suerte las cosas mejorarán, además ya es tarde y los sueños no pueden esperar para ser contados, vívidamente. Las cosas comienzan a mejorar desde ya.

Uno nunca sabe...