29.3.05

Nunca.

Poder decir nunca es una bendición, poder decir nunca es suficiente en algunos casos resulta una bendición, en otros simplemente es poder decirlo...

Para la hora en que nos encontrábamos en la calle había relativamente mucha gente. Tenía un poco de frío, así que puse las manos en los bolsillos de tu pantalón y creí que así conseguiría un poco de calor. Tenía muchas ganas de hacerte el amor como loco, así que puse una mano cerca de eso que extrañamente está hundido y que cada cierto tiempo llora (no sé si por falta o exceso de compañía). Tenía que decirte la hora en que estaba más pensando en tí que de costumbre, hablé y me acerqué a los hermosos cabellos que resguardaban el rostro más angelical del universo: "¿Sabes algo? Nunca pienso más en ti que durante los momentos en que estoy vivo, porque cada vez que respiro y exhalo me acuerdo mucho más de ti."

De esa manera comenzaba a hablarte, a rozarte delicadamente con la frialdad de los labios que buscaban calor como si la última noche del invierno fuera a ser la última de la tierra. Presionaba brazos contra cintura, haciendo que te pegaras más a mí, quería juntar almas, intercambiarlas y ser tú por un instante, que me dejaras ser tú y convertirte en yo por un segundo... Intentaría todo lo que estuviera a mi alcance, y lo que no también.

Entonces estaba ocupado en eso, no notaba tu expresión. Era una mirada de muertos combinada con desprecio. Sabía lo que vendría, pensé en evitarlo, pensé rápidamente en distraerte de todo: "Espero que sepas cuánto quiero estar y ser contigo, espero que me ames tanto como yo te amo a tí..." Pero fue repentinamente cortado... "vete" dijiste, "¿sólo así? pregunté.

No respondiste, solamente te desvaneciste enmedio de una nube dorada y densa que dejó tras de sí un rastro de destellos tintilantes que subieron hasta las copas de los árboles... supe que NUNCA más te volvería a ver.

Uno nunca sabe...

13.3.05

Viajero.

"-¿Qué dice el frío? ¿Ya se soltó no?
-Sí, uno ya ni sabe cómo salir vestido, en las mañanas el friazo, en la tarde el calorón y ahorita otra vez el frío bien duro.
-Sí, yo en la mañana hasta tuve que salir con chamarra puesta.
-Si cierto, hasta en la tarde, hijo de su pinche madre, el agua estaba calientita y ahorita ya ni madres.
-.... Sí.
-....En esta esquina a la derecha, por favor
-....A la derecha... Sí, yo por eso mejor cargo ya suéter siempre... Hace rato platicaba con un chavo, un chofer que tuve conmigo, lo acaban de soltar, estaba encerrado en el tambo; pinche vicio, es cabrón.
-Sí, aunque uno puede controlarlo, todo es cuestión de querer.
-Nah, ni mais. El vicio te controla, una vez que estás dentro ya no te puedes salir, cada vez el cuerpo te lo pide más y más.
-Pues sí, quizá... En esta esquina a la izquierda.
-...Izquierda... Además, eso te lo digo por experiencia, yo antes tomaba mucho, pero muchísimo canijo... Verdad de dios que cuando tomaba una o dos chelas, ya me sentía bien verga, como que el más chingón de todos, puuuuta madre, ¿qué me iban a hacer esa bola de pendejos?...
- Pues sí aunque, creo que si se tiene voluntad es posible dejar el alcohol o las drogas... Aquí a la izquierda...
-¿En esta calle?...
-Sí.
-Nel, eso ya te atrapa de por vida, ya no te escapas, mi chofer hasta perdió a su señora por eso, ahora ya hasta me estaba vendiendo una bicicleta en doscientos pesos, namás pa' sacar pa' su vicio. Te digo que eso es bien cabrón...
- Aquí me deja en esta esquina, por favor.
-¿En esta?
-Sí, cóbrese por favor, gracias. En serio que uno se recupera del vicio con voluntad; todo es cuestión de querer...
-No mi amigo, te digo que ya uno de ahí no sale...
-Bueno, pues sí, ni modo... Gracias.
-De nada, que pases buena noche..."

Nunca entiendo a la gente, si buscan un consejo, ¿para qué diablos te explican lo que les sucede si no van a aceptar lo que dices? Nunca voy a entender a la gente, no pretendo hacerlo, pero cada vez que esto me sucede, caigo en la cuenta de que somos nuestro propio consejero; nuestras verdades internas son las verdades absolutas, correctas o incorrectas, eso no importa.

Uno nunca sabe...