16.11.04

De Palabras Solas.

De Palabras Solas pensaba en cuántas podría decir. De Palabras Solas decía las que no podía hacer, ni las hacía fácilmente ni difícilmente sino por inercia; hablaba largo y tendido sin cesar, aún sin ser escuchado. No había oyente, tal vez no había hablante, más aún quizás no había palabras. Estas palabras se hallaban perdidas en medio del espacio de tu mente, no lo sé si de mi mente; pero de cierto sé que perdidas estaban.

De Palabras Solas y halladas, halladas muertas después de andar vagando por demasiados lados, sin sentido. Habían algunas marcas en ellas, supongo que serían heridas y sangre que se quedaron secas después de no hallar quien las aliviara. Sentí lástima por ellas pero aún más lástima sentí por mí al no haberlas encontrado antes.

De estas pobres Palabras, en ellas pensaba y en cómo estaban solas, sin ser utilizadas; cómo pobrecillas esperaban el momento de ser traídas a la memoria y nunca llegaron. Así sucedería, porque estando atrapado en tu mente pensaba y podía actuar, pero no era capaz de dirig tu pensamiento. Tal vez por eso estas pobres palabras se fueron al olvido, inermes ante el propósito de ser relegadas a lo más recóndito de la mente, inocentes palabras que pudieron haber significado todo un mundo en caso de ser expresadas en el momento correcto.

De Palabras Solas que no saldrán más a la luz, por estar muertas y abandonadas, secas y terregosas en algún desierto intencional de tu pensamiento. Estas simples palabras, destacando un par que duelen más de verlas muertas que si hubieran desaparecido. Sobre la arena que encontré, apenas perceptibles: TE AMO. Nunca salieron, nunca más lo harán; tal vez eso era el destino, tal vez no pero a final de cuentas quedaron en siquiera la intención...

Uno nunca sabe...

8.11.04

Demasiado tarde.

Era ya hora de dormir, hora de irse, de decir un hasta pronto o simplemente salir. Era frío seco, duro y acuchillante; era sentir tu mirada clavada en mí, por la espalda. Sabiendo que no lo dirías.

La hora pasó completa, la desnudez de la palma de mi mano solamente me recordaba lo indefenso que me sentía, una vez más. Lástima, una señora incomprendida que jamás pasó por aquí, nunca.

Intentaba atrapar uno solo de tus pensamientos al vuelo; sabiendo que lo pensabas justo en ese momento hubiera sido suficiente para mí. Nunca logré escarbar más profundo en tu cabeza, sé que no querías herirme.

Cada vez que trato de pensar en las cosas que he olvidado, el dolor viene y no me deja, pero cada vez que trato de acercarme a tí, el dolor desaparece... Desgraciadamente yo también.

Salí y traté de gritar tu nombre, traté de estar una vez cerca de tí, tener el valor de voltear y decirte lo que sentía, traté de hacerte pensar en mí, lo traté, pero todo en vano. Lo único que conseguí fue meter ese trozo de plomo en mi cerebro; sé que nunca podré decirtelo de frente, nunca lo hice, menos ahora estando abajo tres metros...